domingo, 8 de febrero de 2015

AUREA DE SARRA


Hija del rico farmacéutico catalano/cubano José Sarrá, nace en Barcelona en 1889. Fue educada por su hermana mayor, Emilia. Aurea tuvo que esperar a la mayoría de edad para dedicarse por completo a la danza ante la oposición de la familia. Es un exponente de esta corriente innovadora que se da en la danza de principios de siglo. Se identifica plenamente con la danza libre de Isadora Duncan y con la estética inspirada en la Grecia helénica. Mujer de gran cultura y ferviente enamorada del mundo clásico. En sus coreografías da vida a heroínas bíblicas y diosas de la mitología, como Salomé, Níobe, Deméter, Circe, Fedra o Salambó. Su trabajo, a diferencia del de Tórtola Valencia, se entiende como un arte elevado, espiritual y sublime, con movimientos cargados de contenido y extraordinarios cantos plásticos.


Creó las «Danzas Trágicas", "Danzas de fantasía", "La favorita de Ramsés», «La danzarina del rey». A menudo, entre danza y danza, actrices o ella misma recitaban poemas. En 1920 debutó en Madrid en el Teatro Eslava, luego en otras ciudades europeas como París (1921), donde fue honrada con el nombre «Gran trágica de la danza» y Londres (1923). Un poco más tarde, emprendió una gira por Hispanoamérica (Buenos Aires, 1924) y de vuelta a Europa, actuó también en Egipto e Italia, países muy presentes a sus «Cantos plásticos». Allí fue muy admirada por la familia real egipcia y también por Mussolini. Pero fue sobre todo en Grecia donde consiguió sus mayores éxitos. 



Programa de mano de los "Cantos plásticos", Teatro Dionís, Atenas mayo de 1926.


Aurea de Sarrá en el Santuario de Eulesis delante de un relieve de los tres personajes primcipales del mito asociado a los misterios de Eulesis: Deméter, Triptólemo y Perséfone. En el relieve podemos distinguir a Triptólemo de pie entre Deméter y Perséfone, recibiendo espigas de trigo. 

El dictador griego Pangalos la condecoró con la Orden del Fénix, en 1926, la misma condecoración a la que había renunciado su amigo, el poeta griego Konstantinos Kavafis, acosado por las críticas de la prensa griega. Sea como sea, Àurea de Sarrà consiguió ser admitida entre los intelectuales griegos y el poeta nacional Kostís Palamás le dedicó varios poemas, como «Níobe». En aquellos años, actuó en todos los antiguos teatros de la Grecia clásica y fue muy bien recibida por la prensa.
Volvió a Cataluña en 1927 donde le fueron organizados festivales en el Teatro Grec de Montjuïc en Barcelona, en el Arco de Bará y organizó una exposición de los trajes que había lucido por los escenarios de medio mundo en las Galerías Layetanas.
Recibió el apoyo económico e intelectual de la Fundación Bernat Metge y de su director Juan Estelrich, fue protegida y admirada por algunos intelectuales noucentistas como Carles Rahola, con quien le unió una gran amistad. Pero fue ridiculizada por otros, como los firmantes del famoso «Manifiesto Amarillo» publicado en 1928, entre los que se encontraba Salvador Dalí, que la acusaron de amoral, frívola, pasada de moda y «mal artístico de Cataluña». A pesar de las críticas, la bailarina realizó una gira por toda Cataluña y recibió un homenaje de los noucentistas catalanes en la "Maison Dorée" de Barcelona el 28 de febrero de 1928. Su última gran actuación fue en el Teatre Grec de Barcelona en 1930 donde se celebró un monográfico dedicado a la famosa bailarina, a partir de este año sus actuaciones se distanciaron en el tiempo hasta perder interés y desaparecer por completo después de 1932. 



Se casó con el escritor y crítico de arte madrileño José Francés (fallecido en 1964), con quien tuvo un hijo, Alberto. La familia era propietaria de un edificio en el Paseo de Gracia de Barcelona, de una finca con casa residencial y castillo incluido en el Alt Empordá, todo ello fruto de las riquezas obtenidas por la familia en Cuba. Los últimos años de su vida se retiró a su casa de estilo Ecléctico en su finca ubicada en la provincia de Girona, perdiendo poco a poco las propiedades procedentes de la familia Sarrá y de su marido. Falleció en un pueblo de la comarca del Alt Empordá arruinada, sola y olvidada de su público en 1974.

















6 comentarios:

  1. Bellisimo. Emocionante. Gracias por las imágenes.

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    1. Moxanandas!!! Grcias por seguir este blog
      Un saludo
      Jordi Vall

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  2. No s'explica que en tant poc temps perdes tots els diners i les propietats... Aqui hi ha una ma negra que la va entabanar

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    1. Es un misteri que no vol sortir a la llum.

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  3. Qué pena de país el nuestro que no ensalza a sus grandes figuras. Siempre hemos sido profetas en tierra extraña y en la nuestra, nada de nada. Interpreto tu documentada entrada como un homenaje póstumo a esta bailarina,famosa en su tiempo.¡Felicidades, Jordi!

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    1. Gracias Carmela por seguir mi blog!!! es genial!!!
      Si, es cierto, es otra de otras tantas historias importantes que acaban por no recordarse.
      La historia es cierta y esa era su casa,,,, y a unos cientos de metros el Castillo también de su propiedad. Un triste desenlace a una vida apasionada y de artista.
      Un saludo
      Jordi Vall

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