domingo, 31 de enero de 2016

ADICCIONES POPULARES


De mi periodo de adolescente no guardo un recuerdo muy claro, salvo del primer cigarrillo que fumé, a los catorce o quince años. Era un cigarrillo negro, marca Celtas, sin filtro y al que me invitó un amigo a la salida del colegio. Lo encendí muy asustado, a escondidas, a la sombra de un gran árbol y después de echar unas cuantas caladas me sentí tan mal que estuve vomitando toda la tarde y me juré no repetir la experiencia. Juramento que fue inútil, como otros tantos que siguieron en el futuro, pues años más tarde, cuando ingresé en la universidad, me era indispensable entrar al edificio, metros antes de cruzar el viejo vestíbulo ya había chasqueado la cerilla y encendido otro de los cigarrillos de la mañana. Un Fortuna, cuyo aroma dulzón guardo hasta ahora en mi memoria. Un paquete me duraba dos o tres días y para poder comprarlo tenía que privarme de otros caprichos, pues en esa época vivía de propinas. Cuando no tenía cigarrillos ni dinero para comprarlos se los robaba a mi hermano. Al menor descuido ya había deslizado la mano en su chaqueta colgada de una silla y sustraído un necesitado cigarrillo. Lo digo sin ninguna vergüenza, pues él hacía lo mismo conmigo. Se trataba de un acuerdo mutuo y además de una demostración de que las acciones reprensibles, cuando son recíprocas y equivalentes, crean un statu quo y permiten una convivencia armoniosa. Todo iba como la seda, más la rutina diaria de andar con algunas copas de más.











martes, 19 de enero de 2016

HILOS DE MIL COLORES


La fábrica crecía y crecía, ya quedaban lejos aquellos comienzos en la calle Trafalgar de Barcelona. Una buena estrategia de empresa hizo posible hacernos con la nueva fábrica, con una casa adosada para uso de los propietarios durante los meses estivales, y como no, viviendas para los trabajadores, todo ello a modo de pequeña colonia.Recuerdo cuando fuimos los primeros en el estado español en confeccionar nuestras alfombras y tapices de manera mecánica. Pero si un detalle nos distinguió del resto de fabricantes fue nuestra importante sección de tintes, allí se manipulaban todos los colores intentando crear un nuevo catálogo de colores y combinaciones que luego serían plasmados en todos nuestros productos textiles siendo siempre una empresa modelo a seguir, puntera y pionera del sector. 
En 1963 la empresa gozaba de una espléndida reputación con 125 telares, empleando a 45 hombres y a 239 mujeres. Durante los años 70 sufrió un fuerte declive y a principios de los 80 cerró sus puertas definitivamente.





































domingo, 3 de enero de 2016

CORREDOR DE LA CALMA


Más tranquilidad en el interior de lo que ya es una tranquilidad, una intimidad extrema, compartida y muy a menudo ignorada.
Miles de nichos, fríos, húmedos, austeros, perfectamente alineados forman un largo corredor subterráneo para el descanso de restos mortales que, sin dudarlo, evitan las visitas populares.