Hoy, 1 de Octubre de 1944, en plena posguerra la prensa simpatizante del Caudillo de España publica primeras planas en sus portadas con textos de grandes elogios. Poco tiempo dispongo para leer la prensa, apenas he podido conseguir algún ejemplar desde que se instauró el racionamiento en 1939.
Los cupones de racionamiento no es suficiente y solo permiten a las familias mal vivir y seguir con el rugido del hambre en el estómago.
Cada noche, cargo mi bicicleta hasta los topes, me encargo de distribuir en el mercado negro o estraperlo, como prefieran llamarlo, todos los productos que producimos en la masia. Siempre es un peligro y toda cautela es poca, el riesgo me acecha pero a la vez me carga de adrenalina, por intentar sobrevivir uno puede echar a perder su libertad y la de sus familiares.
Hoy es Jueves, la guardia civil me espera en el cruce de carreteras, quizás han recibido un chivatazo, circulo por el camino del bosque enfangado de la lluvia de la tarde, el pedalear se hace difícil e incomodo. La noche será larga y muy arriesgada, la mercancía es muy preciada, se trata de un par de botellas de vino artesanal, de las viñas de la masia y guardado en nuestra bodega secreta hasta hoy día de su entrega y solo por encargo.