VUARNET: EL REY DEL GLAM

El sujeto exhibía unos modales que no hacían presagiar nada bueno. Perdonavidas, chulo y valentón, con sus gafas de sol de prestigiosa marca, las de moda en aquel momento e imprescindibles para intentar demostrar ser alguien importante. No perdía ni un segundo para molestar de la forma más directa con su entrometida presencia, con gestos desafiantes, a todos los que se encontraba por delante. Claro que con este proceder uno siempre se arriesga a protagonizar una inesperada pelea fortuita de donde salir mal parado. 
Verano sin tregua, a treinta grados a la sombra, cuando presencié por primera vez el comportamiento de aquel "chulo", aunque la palabra está aquí usada de forma aproximada. Cuando le asigné ese adjetivo lo hice con la acepción del diccionario de la Real Academia Española, el cual, permite su uso y atribución a aquellas personas que se muestran altaneras, orgullosas, que se jactan de lo que hacen, o más generalmente, de lo que poseen. Se suelen colocar en un plano superior como si formasen parte de una clase social por encima de los demás mortales con independencia de la realidad a la cual pertenecen, la jungla callejera. Literalmente era como si hubiese sido extraído de la película "Fiebre del sábado noche".  
Solo puedo decir, que cada mañana desde la terraza de la plaza mayor de la ciudad, degustando mi desayuno rutinario, era para mí, un gran espectáculo poder observar el ir y venir de aquel individuo con toda libertad, amo y señor de todos los negocios y trapicheos fraudulentos que se hacían en la plaza. Drogas, robos, ajustes de cuentas, explotación sexual y seguramente otras actividades que no pude descubrir. Para mi siempre fue un vulgar "Chulo" y en sus dominios le llamaban "Vuarnet: el rey del Glam".