DOBLE VIDA

La conocí en uno de los días más felices de mi vida, jamás imaginé que la desearía tanto,  aún siendo consciente de que siempre me ha destrozado la vida y que yo la sigo deseando con locura. Las pocas veces que he decidido abandonarla he sucumbido a sus pies como un estúpido sin fuerza de voluntad, el alcohol siempre ha sido su gran aliado, y mientras más bebo, más la deseo. Mi familia y amigos trataron de ayudarme a dejarla, olvidarla, pero  al poco tiempo me abandonaron cansados de mi falta de amor propio. He robado, estafado y atracado para mantener el estilo de vida que ella siempre me ha exigido, hoy no estaba en casa, en ningún lado, la he buscado desesperado y angustiado y algo serio me consumía por dentro. He salido a la calle en su busca, poseído con la peor de las intenciones y he asesinado sin piedad por conseguir dinero para llegar hasta ella.

Ya en casa, las manos ensangrentadas, las sirenas suenan en la lejanía y esta vez seguro que vienen a por mí. Corre Maria!, no hay tiempo que perder, haz las maletas, coge  a los niños, espérame en el coche con el motor en marcha y salgamos a toda velocidad, todo saldrá bien y empezaremos una nueva vida lejos de aquí.

25 años más tarde, aquí estoy, cumpliendo una larga condena, y aunque ya estoy rehabilitado, hay noches que ella regresa a mis recuerdos, consciente de que me hizo mucho daño, pero aun así, extraño el placer que me producía tenerla entre mis manos.
Maldita cocaína!!!.