Desde muy joven he pensado que la deseamos alcanzar y disfrutar en todos los aspectos de la vida, somos capaces de hacer cualquier cosa por solo acercarnos a ella, ahora ya hace años que me beneficio de ella y eso me llena de una gran tranquilidad, aunque en algunas noches de sosiego no dejo de preguntarme: ¿realmente la perfección ya forma parte de mí para el resto de mis días?. En esos momentos de reflexión interna y particular siento el desastre del resto de seres humanos en general, toda la vida ejecutando trabajos de cualquier índole mal realizados, otra cantidad de ellos sin ninguna actividad provechosa y el resto desarrollando trabajos que no deberían hacer. Está claro, son personas imperfectas, capaces de cometer los peores errores de sus vidas, y aun así, seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. Es cierto que también consiguen algún acierto y que de los errores se suele aprender. Por regla general tienen fe en mejorar y cambiar cada día, creer que el sol siempre saldrá en cada una de las mañanas e incluso en aquellos días en que el hombre del tiempo lo negó por completo en el telediario de la noche anterior. ¿Que tiene la perfección para desearla con tanto empeño?, ¿quizás nada o quizás todo?.
Mientras desempeñaba mi delicado trabajo, el cigarrillo, se consumía lentamente en mi boca y el humo embriagaba el ambiente del pequeño taller a la vez que seguía divagando entre unas y otras reflexiones. Fuera de lo habitual y solo por descuido, aquel día a las 16.05 preparaba la dosis diaria de aceite de ricino "Naranjil" cuando alcé la mirada por un raro y fugaz presentimiento.
Mientras desempeñaba mi delicado trabajo, el cigarrillo, se consumía lentamente en mi boca y el humo embriagaba el ambiente del pequeño taller a la vez que seguía divagando entre unas y otras reflexiones. Fuera de lo habitual y solo por descuido, aquel día a las 16.05 preparaba la dosis diaria de aceite de ricino "Naranjil" cuando alcé la mirada por un raro y fugaz presentimiento.
Desde el exterior fuertes golpes en la puerta del pequeño despacho, tras derribar la puerta, fuertes gritos, policía!!! policía!!,,, a la vez, el inspector vestido de paisano me dide eso que tanto había escuchado en las películas de la sobremesa de los Domingos...
"Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede ser usado en su contra ante un tribunal de justicia. Tiene derecho a un abogado, si no puede pagarlo, se le asignará uno de oficio. ¿Le han quedado claro los derechos previamente mencionados?"
El inspector, sin yo oponer resistencia, me coloca las brillantes esposas con las manos atadas a la espalda. Yo impasible, en este asunto prefiero no soltar ni una sola palabra, solo recordaba del pasado, de hecho y de derecho ya había oído hablar unos cuantos años antes, cuando también fui detenido por el mismo delito, pasando a ser el mejor falsificador de billetes de papel moneda de la historia y al poco tiempo protagonista de la primera fuga de la prisión de "La modelo" de Barcelona.
"Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede ser usado en su contra ante un tribunal de justicia. Tiene derecho a un abogado, si no puede pagarlo, se le asignará uno de oficio. ¿Le han quedado claro los derechos previamente mencionados?"
El inspector, sin yo oponer resistencia, me coloca las brillantes esposas con las manos atadas a la espalda. Yo impasible, en este asunto prefiero no soltar ni una sola palabra, solo recordaba del pasado, de hecho y de derecho ya había oído hablar unos cuantos años antes, cuando también fui detenido por el mismo delito, pasando a ser el mejor falsificador de billetes de papel moneda de la historia y al poco tiempo protagonista de la primera fuga de la prisión de "La modelo" de Barcelona.
La perfección es algo imposible, estamos destinados a cometer los mismos errores de siempre, destinados a no disponer de la perfección nunca, si acaso, solo aproximarnos. Es efímera e inalcanzable como numerosas cosas en la vida, pero eso no hace que seamos menos importantes, cada uno es importante y destaca en algo en especial. Sin los errores de cada uno de nosotros no podríamos vivir y si alguien fuese perfecto, creo que en realidad, no le tendríamos ninguna envidia.
Allí quedan la tinta, el papel, la prensa y las herramientas para ganar dinero fácil, concretamente billetes de cien duros. Saliendo esposado del despacho custodiado por el inspector y sus agentes de suma confianza, ya en la calle, miro el cielo estrellado y sigo pensando con la nitidez de costumbre: solo puedo ser perfecto en pequeñas cosas, no en todo y lo mio siempre será el papel moneda en otro despacho clandestino en cualquier otro lugar.
Allí quedan la tinta, el papel, la prensa y las herramientas para ganar dinero fácil, concretamente billetes de cien duros. Saliendo esposado del despacho custodiado por el inspector y sus agentes de suma confianza, ya en la calle, miro el cielo estrellado y sigo pensando con la nitidez de costumbre: solo puedo ser perfecto en pequeñas cosas, no en todo y lo mio siempre será el papel moneda en otro despacho clandestino en cualquier otro lugar.
Fantástico relato y reportaje.
ResponderEliminarGracias Josefina!!!
EliminarLos comentarios son como un premio, y son geniales!!!
Este es un pequeño lugar, escondido y que nadie visita desde hace años.
El lugar guarda muchos detalles.
Un saludo
Jordi Vall
Recuerdo Abandonado
De donde han salido los billetes de 500???
ResponderEliminarHola Jabier!!!
EliminarEsta oficina taller tenía montones de detalles, una sorpresa fue encontrar esos billetes, igual que la botella de aceite de ricino, nunca había visto ninguna.
Un saludo
Jordi Vall
Recuerdo Abandonado
eran 3.500 pesetas en total, en billetes de 500 pesetas y en un cajón había una pequeña caja metálica con monedas de Franco.
EliminarUn saludo
Jordi Vall
Recuerdo Abandonado
Es fantástico. Una burbuja en el tiempo. Este lugar esta en Valencia?
ResponderEliminarGracias por comentar y visitar este blog.
EliminarTodos los lugares de los reportajes de este blog son realizados en
Catalunya excepto uno, al cual le tengo mucho cariño ya que fue el
primero que realicé. Pero te aseguro que me gustaría visitar lugares
por Valencia,,,,, seguro que hay cosas interesantes.
Un saludo
Jordi Vall
¡Anímate, Jordi, y vente pa'cá! Conozco un falsificador de billetes en pesetas, además, de ser psicólogo de los buenos y con una extensa lista de clientes que acudían con regularidad a su consulta.
ResponderEliminarDesconozco los motivos que le empujaron a llevar una segunda vida. Tal vez, la necesidad de experimentar nuevas emociones, de dejar atrás un montón de tristes historias que le contaban sus pacientes; de disfrutar de una buena vida sin apenas esfuerzo, ¿quién sabe? Tal vez, también pensaría como el protagonista de tu relato: que solo podía ser perfecto en pequeñas cosas. Creo que la falsificación de moneda no lo es o, tal vez, lo pienso porque nunca he formado parte de ese mundo. Espero que en la cárcel habrá tenido tiempo de reflexionar sobre ello, al menos, sobre si mereció la pena involucrarse en ese ambiente a cambio de perder el trato con su familia y la libertad. Excelente trabajo,Jordi, tanto en imágenes como en el relato.
Alaaaa!!!! jajajaja
Eliminarsorprendente,,,, entonces??,,, la historia podría cuadrar con esa persona??
Una doble vida!!!,,, uno de los temas que también han salido en mis reportajes.
Los humanos evolucionamos y al mirar atrás ya no somos lo que eramos.
Un saludo
Jordi Vall
Recuerdo Abandonado
Interesante blog y bonitas fotosJordi. Las hiciste tu?
ResponderEliminarSalu2
Inma
Gracias por visitar este blog, si soy el autor de las fotos y también he redactado el texto con la historia el lugar. Espero que haya sido de tu agrado.
EliminarUn saludo
Jordi Vall
Recuerdo Abandonado