martes, 28 de marzo de 2017

VALVERDE DEL CAMINO


Mi estómago ya ronroneaba, las 14:15 y allí pocas señales para acercarse a sentarse a la mesa para comer. Cuatro platos sobre la mesa, tres copas y un vaso pequeño, la cubertería de los días especiales estaba perfectamente colocada y ordenada.
Mi padre y mi madre discutían en la cocina mientras yo jugaba en la sala, no presté atención a los reproches y poco me importaban las recetas de cocina escogidas para el día de hoy.
Llegó un invitado, nunca lo había visto antes, por lo que me pareció, era ese compañero de trabajo del que ya había oído hablar repetidas veces, de él se comentaba que era un auténtico fanfarrón, bocazas y experto en realizar bromas de muy mal gusto, de las que dejaban huella en sus víctimas.
Mi madre salió de la cocina, fue el momento de sentarse a la mesa mientras ese estrafalario personaje explicaba las últimas bromas que había consumado y alardeaba de ellas en un tono burlesco y hasta desagradable, mientras soltaba una y otra vez risas desbocadas.
Hasta tres veces llegó a explicar la broma que le hizo a mi padre unos meses atrás. En un aperitivo le sirvió unas pequeñas gambas peladas y rebozadas, él las encontró riquísimas pero acabó enfermo cuando descubrió que en realidad la materia prima de aquel delicioso manjar eran gusanos de los que se usaban para pescar con caña.
El invitado a carcajada suelta, daba palmadas a mi padre en la espalda, la burla cada vez aumentaba su grado y además siempre le llamaba: "Valverde".
El segundo plato estaba en el horno, desprendía un aroma peculiar, agradable e irreconocible para mí, pescado no era, pollo tampoco, aunque tampoco quise preguntar. La boca del invitado ya se hacía agua, y en realidad, el suculento plato estaba especialmente horneado para él, con los mejores condimentos recién comprados en el mercado esa misma mañana con la finalidad de dejar gravado en su paladar aquel sabor tan singular para que lo recordase durante el resto de sus días.
Desde la cocina, mi madre dijo: Felipe!!, el segundo plato ha sido cocinado especialmente para ti y como queremos que disfrutes al máximo de él, te voy a colocar una venda en los ojos para que te puedas concentrar y degustar el plato en todo su esplendor.















2 comentarios:

  1. ¡Menuda historia, Jordi! Me ha recordado una escena de "El príncipe de las mareas" en la que la madre del protagonista, cansada de los reproches del marido por no ofrecerle buenos platos, a escondidas, le prepara un guisado con el alimento de una lata del perro. El engañado esposo degusta con fruición el nuevo manjar e insta a que le prepare más platos tan sabrosos como aquel. Los niños conocedores del engaño se ríen a escondidas.
    Imagino que la rata "deshidratada" de tu foto era pariente de la que fue ingrediente básico del menú.jejeje.
    ¿Quién dejaría diseminados por la habitación todos esos zapatos y por qué?
    Un abrazo, Jordi.

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    Respuestas
    1. jajajaja!!!
      los fanfarrones también se merecen tragarse algo de vez en cuando!!!...
      Seguro que la rata el día que fue cocinada era equiparable al mejor de los manjares.
      La habitación de los zapatos, curioso encuentro, resulta que los zapatos eran como los que usaba el protagonista de la serie BREAKING BAD, mi serie preferida. Montones e zapatos y de varios colores, todos nuevos y por estrenar. Fue una sorpresa y no entiendo pq estaban allí.
      Una curiosidad como otra, típica e los lugares abandonados. Y las botas camperas??,,,,, recuerdo cuando se pusieron de moda las botas camperas, untadas en grasa de caballo con sumo cuidado antes de estrenarlas. La marca Valverde del Camino era una marca puntera en España y eran anunciadas en la televisión.
      Un saludo
      Jordi Vall
      Recuerdo Abandonado

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