Como cada tarde sonaban las suaves notas del piano en el salón, ya era la la hora del té, la sirvienta caminando al compás de aquella melodía se acercaba con el carrito, desde la cocina hasta el salón.
Era martes y tocaba, acompañado del té de cada tarde, servir galletas de mantequilla en aquella caja metálica que era rellenada hasta los topes cada semana. Josep era maestro de música, vinculado desde joven al conservatorio de música de Barcelona y antiguamente director de la orquesta del gran teatro del Liceo, tres días a la semana impartía clases de música en su casa, los lunes, miércoles y viernes. Hoy era el día de reunión con sus matrimonios amigos, a los cuales deleitaba con unas piezas de piano o violín según su estado de ánimo, y mientras, remedios su mujer, llenaba las tazas de aquel aromático y esperado té, traído de lejanos lugares de oriente especialmente para todos sus invitados.
Pasados bastantes años después, acompañado de Jaimito, mi compañero en esas clases excepcionales, hemos querido acercarnos a visitar al maestro y llevarle unas galletas de exquisitos sabores.
La desolación se ha apoderado de nosotros, el virtuoso Sr. Josep ya no estaba, ni su mujer, ni la sirvienta, nos hemos sentado los dos juntos en las escaleras que bajan al jardin y allí mismo hemos abierto la caja de galletas mientras recordábamos anécdotas de aquellas horas de música recibidas, y a nuestro lado, una de las guitarras era testimonio de cuantas brillantes melodías habían sonado en aquella casa.
Pasados bastantes años después, acompañado de Jaimito, mi compañero en esas clases excepcionales, hemos querido acercarnos a visitar al maestro y llevarle unas galletas de exquisitos sabores.
La desolación se ha apoderado de nosotros, el virtuoso Sr. Josep ya no estaba, ni su mujer, ni la sirvienta, nos hemos sentado los dos juntos en las escaleras que bajan al jardin y allí mismo hemos abierto la caja de galletas mientras recordábamos anécdotas de aquellas horas de música recibidas, y a nuestro lado, una de las guitarras era testimonio de cuantas brillantes melodías habían sonado en aquella casa.
Me ha gustado mucho!!
ResponderEliminarEstupendo reportaje! :)
Gracias Fotogramas del pasado!!!! Si es un buen reportaje y lugar, Lástima que a los 15 días de haber entrado ya desapareció la barandilla de la escalera, algunos muebles y otras cosas. Pero el encuentro fue espectacular,,,, y realmente era un músico en la casa habían muchos buenos libros de música, partituras, etc....
EliminarGracias por seguir mi blog!!!
Un saludo
Jordi Vall
Noraboa pola reportaxe! As fotos son inmellorables pero desde logo que a túa forma de escribir son as que me meten de cheo nunha historia fantástica. Noraboa unha vez máis!!
ResponderEliminarMartina!!!!,,,,, Moitas grazas por seguir o meu blog !!! O traballo que fago neste blog é moi complicado e moita dedicación, os seus comentarios son o que me motivan a seguir buscando lugares fermosos, fotografía, escribir e publicalo.
EliminarGrazas unha vez máis !!!!
un saúdo
Jordi Vall
Que bueno!!! Estupendas fotografias Jordi!! Me acabo de hacer seguidora de tu blog!!! por que merece la pena.
ResponderEliminarSaludos!
selene32!! Gracias por seguir mi blog, es una recompensa al trabajo que realizo.
EliminarUn saludo
Jordi Vall
excelentes locaciones y bien narrados
ResponderEliminarGracias Teddy!
EliminarMuy contento de que te haya gustado mi blog!!!
Un saludo
Jordi Vall
Sobrecogedora radiografía del deja bu que precedería a la tercera guerra mundial.(bueno eso créo).
ResponderEliminarEn éstas obras habría mucha tela por cortar.
Jordi, no se que tan permitido sea hacerte preguntas al respecto de cada obra por este mismo medio,
ResponderEliminarGracias por seguir mi blog!!!
EliminarEs genial!!
Puedes preguntar por mail!!!,,, arriba a mano derecha hay un apartado para enviar un mail!!
Un aludo
Jordi Vall