Entre silbidos comienzo mi cotidiano trajín, gracias a la vida por este día. Siento, al caminar sereno por las tierras que
me abrigan, el mirar manso
y tranquilo del cielo azul, su esplendor, que no hay nada más bonito que llenar mis
tierras de magníficos
frutos. Y es que cuando brilla el alba y el gallo canta, me invita a sentir el aire fresco y puro de
la mañana. Los pájaros exhiben con elegancia sus trinos y colores, y yo mirando al cielo, mi acción de gracias, respiro
el aire con aromas de flores, doy vuelta a mi pequeña labranza, pero llena de esperanzas de un futuro día más prospero y
alegre que este presente
absurdo. Con pico y pala abro surcos profundos, siembro, riego y abono, para
que el cultivo crezca con afán, arranco las malas yerbas , cosecha fértil que
en breve florece. Así serán
mis frutos jugosos, que saborearan mis hijos risueños, bulliciosos y juguetones. Con rumbo a la escuela marchan los niños de los
campesinos, uno tras otro
avanzan mientras oigo sus risas, en busca de sus propios destinos. Entre faenas rústicas se hace corto el día, la noche va llegando y en la azul lejanía la luna por los cerros se asoma. Mientras el
sueño llega y la luna ilumina, le pedimos a dios un tiempo de soles y aguaceros, y así soñamos con la mejor de las cosechas, sana,
abundante y con su buen precio en la plaza.
M'encanta. Vas saber treure-li molt bon partit. Enhorabona!
ResponderEliminarGràcies Jaume!! Són fotos maques, es veritat. Però podria haver dia parat més fotos Del lloc.
EliminarUn saludo
jordi vall