Hoy quiero explicaros la historia de esta fábrica, todo empieza por su propietario, una persona usurera hasta un extremo enfermizo diría yo. Con una personalidad fuerte, y ya de pequeño, se le detectó un trastorno obsesivo compulsivo. Nunca había trabajado en la fábrica de su padre, tampoco se dedicó a los estudios, aunque si le gustaba mucho la juerga, el drinking y las malas compañías. Siempre recibía puntualmente un sobre a final de mes con una cantidad de billetes exagerada para su edad, sin más esfuerzo que ser el único hijo del dueño. En 1998, el padre y dueño de la fábrica, murió afectado por una larga enfermedad, concrétamente se trataba de un cáncer de pulmón.
La fábrica fue heredada por su único hijo en el año 1999, el cual se puso al
frente del negocio, a pesar de su trastorno de personalidad. Corrían
buenos tiempos: pleno boom inmobiliario, la fábrica producía ladrillos para
abastecer a todas las constructoras de la comarca, disfrutaban también con la
ventaja de tener todos los ladrillos vendidos antes de salir de las
instalaciones y con pedidos a los que no
podían atender.
En el año 2000, Los directivos intentaban seguir adelante con la línea
de trabajo y orientación conservadora de todo el negocio como hasta el momento
y que siempre les había llevado al éxito. En 1997 la empresa la empresa había
recibido, por parte del gobierno de España, un premio como empresa ejemplar en
su sector y con el que obtuvo un enorme prestigio en toda Europa.
El actual propietario, afectado por una fuerte obsesión y dejándose
llevar por la locura de los mercados, recordar que eran los años del boom
inmobiliario, con su errática visión de futuro decidió emplear todos los
esfuerzos en llevar a cotizar sus ladrillos al igual que se cotizaban los
lingotes de oro. El tenía la claridad de que los ladrillos llegarían a superar
la cotización de los lingotes de oro. Eran años en los que todo el mundo
compraba pisos, torres, casas, etc. eso era lo corriente. En el 2001 la noticia
se difundió rápidamente como la pólvora, la gente de la comarca dejó de comprar en la construcción, instalaban
cámaras acorazadas en sus casas para guardar el máximo número de ladrillos
(dejaron de llamarlos ladrillos, eran lingotes cerámicos) ya que era evidente
que iba a subir su valor en breve. Algunas transacciones de sumas importantes
de dinero ya se hacían utilizando lingotes cerámicos, los ahorros también eran
invertidos e incluso los trabajadores de la fábrica exigían cobrar sus salarios
en unidades de aquellos apreciados lingotes. La burbuja inmobiliaria estalló en el 2008, y
fuerte, dejando la fábrica con miles y miles de lingotes sin vender, con unos
excedentes de stocks desorbitados. La fábrica cerró en el 2009 y el heredero
volvió a dedicarse a lo suyo,,,, El drinking y la fiesta, hasta el 2012 cuando
murió enfermo de cirrosis.
Era de esperar un final tan trágico dada la trayectoria vital que este personaje llevaba. Menos mal que su padre no vivió para contarlo. Seguro que un profundo disgusto se lo habría llevado a la tumba antes que la enfermedad. Como siempre un estupendo trabajo, Jordi.
ResponderEliminarGracias Carmela López!!! Gracias por seguir este blog,,,,, lo cierto es que con la crisis inmobiliaria muchos disgustos desestructuraron familias enteras!!!,,,,, Todo por el afán de querer más y más.
Eliminarun saludo
jordi Vall