domingo, 29 de marzo de 2015

SIRVASE USTED MISMO


Cada mañana a primera hora dedico unos tranquilos minutos a leer la prensa del día, política, sociedad, cultura y ponerme al día de los deportes para saber que contestar si algún cliente hace algún comentario sobre la liga de fútbol. Un ruido ensordecedor el de la cafetera, pero a la vez agradecido, señal de que al momento me llega mi taza de café con ese aroma tan espectacular de todas las mañanas. 
Hoy es un largo y duro día, toca hacer ruta de kilómetros para visitar al máximo número de clientes en las zonas alejadas de la gran ciudad, intercambiar impresiones, conseguir pedidos de material, solventar posibles incidencias, negociar nuevos contratos de venta, etc...
A media jornada siempre paro en una estación de servicio que ya conozco hace años. Al llegar, siempre la misma frase sencilla: lleno por favor!!. Luego dejo mi coche estacionado normalmente en el mismo lugar a la sombra y entro en el local. Hay supermercado, venta de algunos recambios y accesorios para el automóvil, prensa, cds de los hits del verano, "lo mejor de los 80"??, uno por favor. 
A continuación hay una gran sala, es el comedor donde ya tengo mi lugar asignado como cada lunes y mi encantadora amiga Rafaela, sin que yo lo pida, ya me sirve el primer plato de mi menú preferido recién cocinado. Nos conocemos desde hace muchos años y siempre a la vez que me trae mi primer plato se sienta en la mesa frente a mi, charlamos de nuestras cosas durante un buen rato y eso poco a poco a cuajado entre nosotros una buena amistad.  
En el último año he estado trabajando en otra provincia captando muevos clientes, hoy lunes como tantos otros inicio otra vez mi antigua ruta, ya no importa nada el día de la semana, todo ha desaparecido, y ya nada queda de aquello que tan bien me hacía sentir en este lugar. 
Aquí sentado en el bordillo junto al surtidor de gasoil, alzando la vista hacia las ventanas del comedor, ya noto lentamente en mi interior esa emoción triste de vacío, incertidumbre, nostalgia e intriga melancólica, por no discernir que ha ocurrido aquí para llegar a este estado de abandono, y solo puedo preguntarme con actitud culpable:
¿que ha sido de todas aquellas agradables personas que tan bien me habían atendido durante años?.
¿que habrá sido de Rafaela?. 
¿por qué nunca se me ocurrió pedirle el número de telf?.











sábado, 21 de marzo de 2015

TRABAJANDO EN LA FABRICA


Tristes los ojos del obrero, sin instantes gratos. Sudoroso, explotado,  rendido, sin el derecho a descansar unos minutos y en el trabajo viviendo como consumido.
Tiene casa, mujer y un hijo en crianza; no le rinde el salario porque el dinero apenas le llena la esperanza de pagarle sus cuentas al casero.
Si reclama un derecho que le asista, que le haga menos áspero el camino, le llaman perverso y comunista. Hombre del siglo veinte encadenado, encontrarás tu fe y tu destino cuando la luz te haya iluminado.

































domingo, 15 de marzo de 2015

ANGELES DEL REINO


Bèsame y llévame contigo, yo te entrego mi alma y tu a mí un destino. Que me abraces yo quiero, sentir tus huesos, y sentir en mi piel de tu intenso frío.
Tus ojos hundidos no me causan miedo, anhelo el momento de perderme en ellos. Las almas no lloran, ya no me siento, mi  cuerpo abandono sin triste lamento.
El intermedio es gris, negro tu amplio vacío. Por qué he de temer de un sitio tan bello y sombrío?.
Los ángeles me indican mi único camino, sus alas me atrapan y yo a ellos con fuerza me aferro. Tiernas y dulces caricias me abrazan. Disfruto del silencio de este amor eterno, ahora ya duermo, atravesando el velo. Las cruces asoman y olvidado quedo en el sueño.
Ella se aleja, ya no me mira, su cuerpo alado es pura brisa contenida. Mi alma se eleva, me siento viva, pronto rompe el día ante otra vida. Ambas son bellas, no existe ya el miedo, las dos son forjadas como parte del viaje eterno.
Que bonita la vida, y la muerte, la más apacible cita.
Si nada termina… por qué temerla?
Llévame contigo, libre de miedo.
Mi alma sigue viva, yo por ti muero…   


Texto: Iolanda Sánchez Colás





















Colaboraciones:
Mis más sinceras gracias a Iolanda Sánchez Colás por aportar este brillante texto, fruto de la inspiración, después de ver las fotos que realicé para este reportaje. Iolanda es una persona conocedora de cementerios, arte sacro, temas relacionados con la muerte y de todas  las emociones que la rodean.