sábado, 26 de julio de 2014

AHOGADOS POR UN PANTANO SECO


Se trata de un pequeño pueblo, bucólico y apacible, con una iglesia del siglo XVIII con interesantes pinturas en su interior, situado en el centro del valle y a las orillas de un fluido río. Sus habitantes se dedicaban a la ganadería y a la agricultura, día a día, en un ambiente de sosiego y suma tranquilidad.
En los años 50, una empresa hidroeléctrica vinculada a la oligarquía franquista consiguió los derechos para construir un pantano en el lugar, aunque ello supuso arruinar la vida de un puñado de familias. 
Los habitantes del pueblo iniciaron una lucha por intentar salvar, sus tierras, sus casas, su iglesia, el cementerio donde habían enterrados todos sus antepasados, pero todo fue inútil, entre chantajes y amenazas se les obligó a firmar la mísera indemnización por sus propiedades. 
Hubo alguna familia que resistió hasta los años 80,  y en pleno gobierno socialista, la guardia civil hizo su acto de presencia para expulsarlos de mala manera de sus casas y dinamitarlas para que nadie pudiera volver a habitarlas. 
Todavía, a día de hoy, la presa no ha sido construida y en la actualidad la comunidad económica europea desestima su construcción por su impacto ambiental.  
Por parte del pueblo la lucha continua ya que las leyes acerca de las expropiaciones, comentan claramente, que el organismo en favor del cual se realizaron las expropiaciones debe  realizar las obras en un un cierto plazo, por lo contrario, el expropiado puede solicitar la reversión de los bienes expropiados.
Y así pues, aquel apacible lugar, fue arrasado sin razón alguna y para nada más que arruinar las vidas de sus habitantes. 















jueves, 24 de julio de 2014

BALNEARIO LA PUDA



Es verano, hace un calor intenso y concrétamente ya estamos en los esperados días de vacaciones. Federico aprovecha cada año para pasar todo el mes de vacaciones en el "Gran Balneario La Puda" acompañado de su esposa. Ellos son clientes habituales y ya tienen allí su círculo de amistades con los que programan coincidir el máximo de días posible en el balneario. Federico padecía una patología cutánea desde muy joven, una Psoriasis aguda, y por eso varios años atrás había escogido las aguas sulfurosas del balneario para apaciguar eso que tanto le preocupaba. Había acudido a diferentes médicos de prestigio, cuidó con esmero y constancia, todos los tratamientos y recomendaciones que le fueron proponiendo, aunque con muy poco éxito. Tomando el sol obtenía unos buenos resultados aunque en el futuro le produjo pequeñas afloraciones de cáncer de piel que hubo que estirpar.
El Gran Balneario es genial, se dice que a partir de un terremoto, empezaron a emanar aguas sulfurosas muy adecuadas para las afecciones cutáneas. 
Es un establecimiento muy visitado por la burguesía catalana de aquellos años de los inicios del siglo XX. Una entrada a través de un paseo de majestuosos y frondosos árboles centenarios por donde los clientes hacen su entrada con sus automóviles lleva hasta las puertas del complejo. Es un lugar idílico, hagamos un pequeño silencio y escuchar conmigo, es el sonido de las aguas del río, pasa a muy pocos metros del edificio, es muy apetecible de visitar y sentarse a la orilla observando la naturaleza a nuestro alrededor. Pero a los clientes lo que más les gusta es la zona de baños, se encuentra en el gran sótano del edificio. 
Federico quedó impresionado el día que pudo disfrutar por primera vez de aquellas aguas. Un pasillo con pequeñas salas a cada lado, una arquitectura de arcadas y grandes orificios pensado para ventilar toda la estancia de aquellos vapores, el sonido del agua que brotaba en una fuente, grandes bañeras de mármol, etc....
En 1958 llegó la tristeza de Federico, lo pudo leer en la prensa, una gran lluvia acompañada de una gran riada, inundaron todos los sótanos de agua y barro dejándolo en un estado catastrófico para siempre.
Y actualmente, puedo decir, que aquella agua sulfurosa que un día empezó a brotar, sigue brotando sin parar, con fuerza y sus mismas propiedades terapéuticas, entre la runa, el abandono y el olvido, de lo que para muchos fue una esperanza de curación a sus enfermedades crónicas.

































miércoles, 23 de julio de 2014

PISCINAS MALDITAS


Era el mes de Agosto y era sábado, genial!!!. Todos los sábados mi padre nos llevaba, a mi y a mis hermanos, de visita a museos, parques de atracciones, edificios emblemáticos, fiestas, ferias, etc...
Hoy tocaba algo especial y divertido, un gran complejo de ocio, una alternativa muy adecuada para saltarnos el ya aburrido día en la playa de siempre. Había piscina olímpica con dos trampolines, 5 y 10 metros de altura, otra gran piscina con unas formas redondas y abstractas, minigolf, frontón y una gran superficie de hierba para estirar las toallas. Era la atracción más deseada por los niños y adolescentes de los alrededores. Llegamos a casa rendidos, cansados, tanto correr y nadar nos dejó exhaustos. A los pocos días, en un quiosco, y mientras compraba mi cómic preferido, aprovechaba para dar un vistazo al diario "EL CASO", diario de tremendas noticias aterradoras y macabras  de aquella época. Cuando leí la terrible noticia mi cuerpo se puso a temblar, yo estuve saltando una y otra vez en esos mismos trampolines.
La noticia decía así:

"Un desgraciado accidente golpea la vida de dos muchachos en una conocida piscina pública. En un alarde de galantería propia de un chico adolescente delante de sus amigos, el primer muchacho se encarama al trampolín de 5 metros de la piscina y ocurre un desgraciado accidente cuando el primero se lanza de cabeza y golpea brutalmente a un segundo que nada accidentalmente bajo la zona del trampolín. El impacto se produce contra sus cráneos. Ambos chocan en un fuerte impacto y de repente la sangre tiñe la piscina de rojo mientras los cuerpos de los muchachos flotan inertes sobre el agua. No hay nada que hacer."

Al poco tiempo del accidente las piscinas fueron en declive, los visitantes dejaron de acudir y finalmente cerraron sus puertas en los años 80.