viernes, 26 de febrero de 2016

SESION CONTINUA


Los domingos por la tarde tocaba partida de ajedrez, tras unas pocas jugadas ya pude soltar con decisión aquella maravillosa frase que tanto me gustaba: "Jaque", por el momento, con un simple movimiento mi contrincante pudo salir airoso de mi impasible ataque.
La partida siempre quedaba interrumpida por unos 15 minutos, como si se tratase del correo del zar, 50 km/h era la velocidad máxima que alcanzaba mi vespino de color granate metalizado. Tenía que darme prisa para llegar al punto de encuentro, a medio camino de otro pueblo cercano, y canjear las cajas metálicas con forma de disco que transportaba en mi mochila y volver a toda velocidad.
Al entrar por la puerta, las preguntas habituales: ¿todo bien?. ¿la has traído?. 
El público ya estaba impaciente y gritaban con energía: 

"Que empiece ya que el público se va, 
que empiece ya que el público se va "

Mientras, en la sala del proyector, la segunda película de la tarde, recién canjeada con el pueblo vecino ya estaba preparada para ser proyectada después de una carrera a contrarreloj.
Todo está correcto!, Play!, y todo quedaba tranquilo de nuevo para seguir con la partida, que como de costumbre, semejante ajetreo conseguía que yo olvidase mi estrategia inicial, a la vez que escuchaba en voz de mi adversario...... "JAQUE MATE"!!!!






















sábado, 13 de febrero de 2016

CONTABILIDAD METODICA


Todos los policías hicieron un corrillo alrededor del inspector pensando que, al final, habían dado con la prueba definitiva que llevaría a la cárcel al estafador más perseguido del país.
Por unos instantes, entre comentarios y risas, los agentes se olvidaron del extraordinario contable. Mientras, de manera sigilosa, consiguió hacerse con un revolver en sus manos y pensó:
"¿Pero que vas a hacer?, ¿abrir fuego?, ¿liarte a tiros con cinco policías experimentados?. Eres un contable y no un maldito asesino."
Las miradas de J. Silverste y del inspector se cruzaron durante un segundo, cuando éste y por intuición, desenfundó su Smith & Wesson del 38 con intención de disparar respondiendo al primer disparo. 
El primer disparo fue directo a la sien del inspector, que cayó de bruces al suelo soltando el libro, los otros cuatro policías no tuvieron tiempo de reaccionar ya que , cuando lo hicieron, las balas ya habían destrozado sus cabezas.
Después del último disparo apareció R. Tilson, que había estado escondido todo el tiempo tras una estantería. Se miraron y sin decir nada, el contable cogió el libro y juntamente con el revolver lo introdujo en la cartera de cuero negro, y se dirigió corriendo a la parte trasera de su casa seguido de R. Tilson. Saltó por la ventana que daba al garaje, entró, cogió las llaves de la Sanglas, se montó en ella y de una certera patada el motor empezó a rugir. Los tres policías que custodiaban el portal del edificio, tras escuchar los disparos, subieron a toda prisa por las escaleras.
R.Tilson se plantó delante de él y le dijo con una sonrisa:
- Has hecho un buen trabajo. Jamás pensé que fueras capaz de hacer algo así. 
- ¿Que hacías en mi casa?, le preguntó el contable con tono desafiante.
- Vine a buscar el libro. Me habían dado un soplo, pero los maderos se me adelantaron.
- Bueno, ya lo tenemos. Sube, que los policías no tardarán en iniciar una persecución.
- Si, pero todavía no he concluido el trabajo. Queda un fleco que cortar, comentó R. Tilson, quien llevó la mano a la altura del riñón derecho, sacó una Star de nueve milímetros, le apuntó directamente en el pecho a la altura del corazón y armado de sangre fría fue cuando...

















sábado, 6 de febrero de 2016

ETERNIDAD PREMATURA


“Más su joven corazón no puede más;
en sus venas la sangre se detiene y se hiela
y el ánimo perdido con la fe se abraza
sintiéndose caer al beso de la muerte“