sábado, 17 de junio de 2017

NIGHT CLUB


Las 23.00, esa era la hora de los tíos gordos, pesados y borrachos o bolingas, como más os guste, soltando esa especie de baba de caracol sobre la barra del Club Silvey, y a la vez, cansada de esquivar los constantes intentos de ligar conmigo. Una camarera de buen ver, 22 años recién cumplidos con un escote del noventa y cinco que fija hasta las miradas perdidas en el aburrimiento de todos aquellos desafortunados en amores allí presentes cada noche.
Algunas noches se asomaban a la barra hombres con algo más de buena presencia que hacían subir la media, pero aún y así, el ambiente distaba mucho de ser un lugar de encuentro de príncipes azules, más bien era una charca de aguas estancadas y pestilentes llena de sapos a los que no apetecía nunca besar a ninguno de ellos.
Era consciente de que yo valía mucho más que ese desagradable trabajo pero por el momento no tenía otra elección, aquella temporada el éxito era una cuestión de pura supervivencia.
Por un salario mínimo tenía que sufrir el acoso de sus miradas posándose sobre mí, desnudándome poco a poco, tal vez debería estar contenta, halagada, complacida, todo lo contrario, a cada día que pasaba más asco me daban. Además debía cumplir con la repetitiva rutina de siempre: lavar, enjuagar, secar vasos, servir, recoger, aguantar esas aprovechadas manos sueltas que tocaban mi cuerpo al menor despiste, pero siempre pensé que una gota de agua basta para hacer colmar el vaso, provocar una gran cascada y cambiarme la vida de una vez por todas.
Unos minutos más tarde de divagar por mis reiteradas reflexiones, entró por la puerta, decidido, prepotente como de costumbre y gritando con voz rota por el exceso de alcohol en su cuerpo descuidado: 
"Nena!!!,,, un Gin-tonic, de los de siempre cuando vengo a por ti!!"
Levanté la mirada y dejé de soñar para darme cuenta de que la noche iba a ser exageradamente larga y repugnante, vamos, otra vez más para no recordar.

















4 comentarios:

  1. Si te relajas, y dejas llevarte por tu imaginación , puedes vivir la historia nostálgica de lo que se pudo vivir en el pasado, megustan mucho todas tus fotos Jordi.

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    1. Gracias Borromea!!!
      gracias por tu reflexión es totalmente cierto, cuando entro en estos lugares , me tomo mi tiempo, observo e intento encontrar todo tipo de detalles. En algunos de estos reportajes
      el entrar y realizar la fotos con calma y cautela han llegado a ser de una jornada. Me lo miro con toda tranquilidad, del derecho y del revés. Pero todo no acaba al salir el lugar,,, luego viene esa necesidad de saber: que paso? pq? quien vivió?,,, etc.... y eso algunas veces es como muy difícil de responder y es cuando uno le da muchas vueltas a la cabeza y se desespera intentando encontrar la historia.
      Así que,,,, has dado en el clavo, vivo la nostalgia del lugar desde que empiezo hasta muchos
      meses más tarde de haber visitado el lugar.
      Solo escribiendo estas palabras ya me viene recuerdos de lugares visitados y sus increíbles
      secretos.
      Un saludo
      Jordi Vall
      Recuerdo Abandonado

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  2. Comparto la impresión de Borromea y la tuya. Me gustaría poseer una bola mágica y resucitar el pasado en secreto para, a modo de Gran hermano, descubrir las vidas que allí existieron. Pura curiosidad sin mala intención. jajaja. Triste pero real,la historia que te ha sugerido este lugar. Un abrazo, Jordi.

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    1. Hola Carmela...
      Es decir, transportarse al pasado y moverse por el lugar como persona invisible,,,, eso sería genial. Seguro que historias de lo más singulares las vividas en estos lugares.
      Gracias por tu comentario,,, siempre los espero!!!
      Un saludo
      Jordi Vall
      Recuerdo Abandonado

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